viernes, 27 de diciembre de 2013

Querer es poder.

Cada año nos hemos sentado a esperar que pase algo bueno, como si ese algo fuese a venir solo, de la nada, y así nos ha ido de tanto esperar y esperar. Las cosas buenas, tanto los sueños como los deseos, hay que perseguirlos, correr tras ellos como un niño que corre tras su pelota calle abajo. De la misma manera, desesperadamente, hasta alcanzarlos, porque lo único que viene sin que nadie lo llame son las desgracias. Y me pueden llamar loca, ilusa o como quieran llamarlo, pero yo tengo la corazonada de que este año va a ser el año, el año en el que vamos a perseguir esos sueños que cada uno mantiene en ese pequeño y arrinconado hueco del corazón, porque sólo así, lograremos ese estado de bienestar que tanto necesitamos. Confío en que este año que está a punto de empezar a ser escrito nos dé un empujoncito y la felicidad nos regale una amplia sonrisa cada uno de sus trescientos sesenta y cinco días.

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