martes, 29 de noviembre de 2011

Ni puedo ni quiero.

¿Dónde se han metido todos esos sentimientos de añoranza y melancolía que sentías por mí? ¿Realmente me echas de menos? Yo lo único que noto en ti es indiferencia. Cuando una amistad se pierde y tiempo después de echa de menos, se hace notar. Podrías haberte ahorrado tus palabras, me da la sensación de que fueron en vano.


Recuerda:

sábado, 19 de noviembre de 2011

No dejes que nadie borre tu sonrisa. Repito, nadie.

Sé que muchas personas, ahora mismo, estáis echando de menos a alguien que pasó por vuestra vida y hoy en día, no está en ella. Sufriendo por ese chico que os prometió un cielo para vosotras y no cumplió su promesa, pensando en la falta que te hace esa amiga que vendió tu amistad... Lo sé, porque si no estáis viviendo esta situación ahora, sé que la habéis vivido. Nadie se escapa del amor o de la fuerte amistad que un día acaba marchándose. Sientes como que no vales un duro, pero pensando con la cabeza y no con el corazón, llegamos a la conclusión de que si estas personas hoy no nos acompañan es por alguna sencilla razón. La decisión del destino es que nos irá mejor sin ellos y eso, no podemos discutirlo ya que después de la tormenta siempre llega la calma. No hay mal que por bien no venga, y qué cierto que es. ¿O acaso no habéis conocido a alguna mejor persona después de pasar el mal trago de echar de menos y sufrir por la anterior? Pues esto es la vida señores. Caminamos, caemos, nos levantamos y seguimos caminando. Pero ante todo, en este gran camino, hay algo que no podemos dejar marchar, y se llama SONRISA

martes, 15 de noviembre de 2011

¡¡Desesperación!!

Bueno gente, quería comunicaros que estos días no estoy publicando entradas porque los exámenes están acabando con toda mi imaginación (y mi tiempo, claro -.-) y por desgracia será así hasta finales de noviembre. Trataré de hacer el esfuerzo y publicar entradas este finde. Espero que me comprendáis. Apuesto que muchos estáis pasando por grandes momentos de desesperación como yo, así que, compréndanme por favor.

viernes, 11 de noviembre de 2011

En este mismo instante.

Alguien dice no me dejes nunca...
                                                                                                 
                                                               ...y alguien dice no quiero que vuelvas.



miércoles, 2 de noviembre de 2011

Para, piensa, actúa.

A veces me pregunto ¿sabemos diferenciar entre las cosas que tienen importancia y las que carecen de ella? Muy pocos saben marcar la línea entre lo primario y lo secundario. Yo, al menos, no sé hacerlo. ¿Cuántas lágrimas hemos derramado por personas que no merecen ni los buenos días? ¿Cuánta rabia hemos acumulado en nuestro interior por ese amigo que no nos ha agradecido nada de lo que hemos hecho por él? Díganme, realmente, ¿no les ha pasado? ¿Y si hablamos de ese aficionado que se mosquea porque su equipo de fútbol pierde un partido y en ocasiones llega a llorar? ¿Y de la niña que llora porque su cabello no queda lo medianamente bien que ella deseaba? Hablando con pura sinceridad, la opinión que tengo sobre estas personas es que son una panda de verdaderos necios. Y sí, puedo incluirme porque, ¿acaso yo no he llorado por alguien que a día de hoy me provoca risa?, ¿acaso no me he mosqueado porque mi pelo ha quedado horrible después de horas intentando arreglarlo?
Ahora, parémonos a pensar.
Si esa persona que llora por un cobarde, aquel que posee rabia en su interior por quien no la merece o esa niña que llora por su pelo siguen manteniéndose en su puesto, díganme, ¿qué será de ellos el día que tengan que trabajar duro para pagar esas facturas que se acumulan encima del mueble del comedor o para darle de comer a sus hijos? ¿Podrán solucionarlo con lágrimas, rabia o ira? ¿Y cuando tengan que gastar un dineral en los libros del colegio de sus hijos? ¿Qué harán cuando se vean con el agua hasta el cuello? ¿Llorar? La sociedad está muy equivocada sobre el término y el hecho de llorar. A medida que pasa el tiempo vamos teniendo una edad en la que debemos saber diferenciar las cosas por las que merece la pena preocuparse. Si eres suficiente mayor y aún no sabes establecer la línea que separa lo esencial de lo prescindible, más vale que aprendas; de lo contrario, vivirás a base de palos. La vida es dura, compañero...

martes, 1 de noviembre de 2011

Aunque sea un completo desconocido.

Sé que ahora mismo tendría que estar estudiando para ese exámen que tengo dentro de poco, o sé que tendría que estar haciendo esos ejercicios que nunca me salen. Tendría que estar recogiendo el cuarto o haciendo la cama, pero a decir verdad, mi madre ya se ha rendido. Me gusta escuchar música, siempre, en cualquier sitio. Pero normalmente la escucho yo sola, en mi cama. ¿Para qué? Para amargarme más. Me gusta salir con mis amigos, pero con los mejores, aunque sé que poco a poco nos estamos distanciando. Me encanta salir con él aunque solamente sea para ir al kiosco de la esquina. Yo también tengo mis canciones especiales en las que en una mínima frase, está mi vida escrita. Para algunas cosas me queda muchísimo por aprender, pero de muchas otras he aprendido la lección. Solo quiero que sepáis que muchas veces os sentiréis solos, como que no pintáis nada en ningún sitio. Sé que con ciertas cosas os sentiréis aunque vosotros seáis vosotros, y yo sea yo. Pero ante todo quiero que sonriáis, no por nadie, sino por vosotros. Porque tú, te lo mereces, sí, lo sé, aunque te lo esté diciendo un completo desconocido.