sábado, 2 de enero de 2010

Adiós horrible 2OO9...

Tantos recuerdos, tantas lágrimas, tanto dolor, tanta tristeza... ¿Para qué mentir? Han sido muy pocos los momentos felices durante todo el pasado año. Todos aquellos que me rodean lo saben perfectamente, algunos más que otros, pero todos lo saben. Quizás esas lágrimas momentos después de las campanadas fueron injustas por pura rabia; en fin, nadie imaginaba que aparecería mi lado nostálgico. Pero todos los recuerdos son reales, dolorosos pero reales, no hay nada que hacer, todo surgió y la pena me inundaba día a día. Sé que dije que se me estaría terminantemente prohibido recordar estos momentos, pero todos nos acordamos de ciertos instantes de nuestra vida, ya sean maravillosos u horribles. Fueron tantas lágrimas derramadas sentada en esa cama de estas cuatro paredes, tan poca fuerza para levantarme cada día, tantas ganas de cerrar los ojos para siempre, tanta amargura... ¿Acaso no es para llorar de felicidad o emoción al recordar todo esto y ver que vuelvo a ser feliz al fin? Pero a veces se llora por recordarlo todo, por ponernos en esos momentos que pasamos muertos de pena. Todos dicen lo mismo, " año nuevo, vida nueva ", no espero nada más que ser feliz con las personas más importantes en mi vida. Creo que ya sufrí lo suficiente, no se lo deseo ni al peor de mis enemigos, es más, pienso que no me merecía todo aquel sufrimiento. Pero el pasado ya es pasado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario