miércoles, 13 de julio de 2011

A place so misguided.

Nos hicieron creer que el gran amor llega solo una vez, generalmente antes de los treinta años. No nos contaron que el amor no llega, si no que se genera solo, cuando menos te lo esperas. Las personas crecen a través de la gente, si estamos en buena compañía, crecemos mejor: nos hacemos mejores. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida solo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar a las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta. Nos hicieron creer en una fórmula llamada dos en uno: dos personas pensando igual, actuando igual y que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene nombre: Anulación, y que solo siendo individuos con personalidad propia, podremos tener una relación saludable. Nos hicieron creer que el matrimonio es obligatorio, sin importar que se desconozcan aspectos fundamentales para que este funcione. No nos dijeron que las normas de nuestra sociedad son contrarias a la Naturaleza. Nos hicieron creer que los guapos y delgados son más amados. Nos hicieron creer que solo hay una fórmula para ser la feliz, la misma para todos, y que los que escapan de ella están condenados a la marginación. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes y que podemos intentar otras alternativas. Tampoco nos dijeron que alguien nos iba a decir todo esto, cada uno lo va a tener que descubrir solo.
Porque vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día.


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